PARASHAT YITRÓ

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PALABRAS SABIAS Y SAGRADAS DEL GRAN RABINO Y TZADIK, RAV ELIEZER BERLAND SHELITA, desde Jerusalem

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Nota del traductor: La intención de nuestros artículos es dar al lector el conocimiento verdadero del tema de que se habla y al mismo tiempo  despertar en el lector deseos de tener parte de lo estudiado, lo que se transformará en rezos en los cuales pedirá ayuda del cielo para llegar a este nivel. Pero no se intenta que el lector cambie repentinamente a lo escrito, sino que tome conciencia y busque cómo cumplir algo de lo dicho aquí por nuestro rabino. 

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¨…hombres de verdad, que aborrezcan la ganancia¨, (Shemot 18, 21)

 

   El Rebe quería mucho que nosotros tuviéramos la cualidad de ser personas de verdad que aborrezcan la ganancia, sacando el dinero de los cajones, repartiéndolo, en tzedaká y prestándolo y no acumular dinero para tener el gusto de tener dinero. El Rebe dice en la torá 30: ¨El entendimiento de la sabiduría del Todopoderoso se puede solamente conseguir cuando la persona se limita en varias formas. Sólo de esa manera se puede lograr bajar la sabiduría del cielo a la tierra. Esto se logra solamente cuando se aborrece la ganancia, cuando se desprecia el dinero.

   Todo este mundo se conduce por medio de la sabiduría terrestre que es la sabiduría inferior. El que repugna el dinero tiene el mérito de entender esta sabiduría y puede dirigir a todo el mundo.

   Aquel que repugna el dinero y la ganancia en toda forma  puede ser el futuro líder del mundo.

   El rey Shlomó tenía esa sabiduría como está escrito sobre él que era el sabio más grande del mundo. El dominaba a todo el mundo. Está escrito sobre Shlomó que repartía  tanto dinero en Jerusalem como el campo que está lleno de piedras. Todo esto porque Shlomó repudia el dinero. Y por eso gobernaba el cielo y la tierra.

   El rey Shlomó consiguió muchas cosas en su vida, como está escrito: Voló en el cielo con un águila, controlaba a los diablos, a las aves y a las fieras. Además logró construir el Sagrado Templo. Todo esto usando la sabiduría inferior por el mérito de repudiar la ganancia. Él odiaba el dinero y por eso le dieron todo el dinero del mundo vivía sin límites. Todos los reyes del mundo le traían oro y plata, elefantes, micos. Le traían de todo. Le traían las cosas más finas, lindas y exóticas. Todo por la razón que odiaba el dinero. Entre más repudiaba el dinero más le traían. Como está escrito: en los tiempos del reino de Shlomó la plata no era considerada para nada.

   Si una persona quiere lograr tener un poco de la sabiduría inferior, sólo lo  lograra si empieza a aborrecer la ganancia. Ya que si la persona no repugna la plata no puede conseguir ningún nivel espiritual. El deseo del dinero es una de las peores y más difícil de todas las pasiones.

   De todas las malas cualidad se puede uno deshacer y salir de ellas ya que todas las malas pasiones son repugnadas y por eso la persona se avergüenza de ellas. Pero por la pasión por el dinero no tiene la persona ninguna vergüenza. Por lo contrario, ella se enorgullece que tiene dinero y se siente superior a los otros.

   Rabi Natan dijo acerca de la pasión por el dinero: que no sólo que la persona cae en ella y desea el dinero que es una de las peores impurezas del mundo sino que además las personas que tienen dinero se vanaglorian y todo el mundo los alaba, lo envidian y corren todo el tiempo detrás de él, por eso es muy difícil salir de esta pasión. Nadie sabe cómo salir de esta pasión ya que la persona no tiene vergüenza de tener esta mala cualidad. Por esto esta es la peor pasión. 

   La persona no entiende ni cree que pensar todo el tiempo en dinero, cuánto va a ganar, etc. y el no sabe que pensar y hablar sobre el dinero es algo repugnante. Él se excusa y dice: ¨¿Qué puedo hacer? Yo necesito dinero para casar a mis hijos, que tengan buena situación, y podamos todos vivir bien, etc. Cuando le decimos a él: ¿Qué te preocupas tanto? Cuarenta días antes de que la persona fuera creada ya está planeado en el cielo que en el día tanto y tanto tendrá una casa y que en el día tanto y tanto tendrá un campo. También cuanto sustento tendrá. Todo está ya declarado antes de que la persona nazca.

   Mientras que la gente esté hundida en la pasión por el dinero y hablan todo el día sobre eso, la gueulá no puede llegar. La gueulá sólo puede llegar cuando las personas tengan bitajón en Hashem y sus ojos miren siempre al cielo.

   Tres veces al día se dice el capítulo de Tehilim ¨Ashrei Yoshvei beiteja…¨, ¨… y todos los ojos están mirando hacia a Ti…, y Tú les mandas la comida en el momento correcto…. De este versículo se entiende que todo llega a su debido tiempo. La casa, los muebles, y todo lo que hay dentro de ella, el sustento. Todo a su tiempo. Pero cuando la persona piensa todo el tiempo: ¨¿Cuándo llegará, cuándo lo conseguiré, etc.?¨. Esos pensamientos alejan de él lo que necesita recibir. Se demora más tiempo en conseguir el apartamento y El sustento llega atrasado.

   La persona piensa: ¨¿Cuándo tendré un buen sustento?¨. Pero si supiera que al dejar esos pensamientos entonces el sustento le llegará volando.

   Nuestros rabinos de Breslev decían del cuento que está relatado en los Sipurim Maasiot sobre el hijo del rey que corría tras los animales y ellos huían y él seguía persiguiéndolos que es este un ejemplo de lo que le pasa a toda persona con su sustento.

   Cuanto más uno persigue a los animales más se arrancan. Asimismo cuando la persona persigue su sustento más éste se arranca. En hebreo sustento es Par-nasá que significa el toro se fue. Por eso el ejemplo es que los animales se arrancaban.

   Hay un cuento de un simple judío que escuchó una clase de su rabino que cuenta que había un oso ciego, cojo y herido escondido en una cueva. Hashem le enviaba todos los días un corderito en su boca.  Cuando llegó este yeudí a su casa les dijo a su familia: ¨Desde hoy, no voy más a trabajar. Sólo voy a estudiar y rezar en la sinagoga¨. Su mujer al escucharlo empezó a llorar y los hijos también. Ese día parecía como Tishá ve Av. Al otro día salieron al patio y vieron que habían sido robados. Dijeron: ¨No sólo que nuestro papá decidió dejar de trabajar sino que nos robaron el caballo, la carreta y todo¨. La mujer enojada le gritaba: ¨Eres un hombre de mala suerte, mira lo que nos hiciste. Llegaste al entendimiento que no quieres más trabajar e inmediatamente nos robaron el caballo y la carreta. Todo por tu culpa. ¿Por qué fuiste a escuchar a ese rabino que contó el cuento del oso que Hashem le traía todos los días la comida en su boca? ¿Qué te crees, que tu eres un oso? Tú no eres un oso, eres una persona. Por eso tienes que ir a trabajar. Mira lo que nos causaste. No tenemos ahora ni caballo ni carreta. No tenemos ahora nada¨. En verdad lo que pasó es que un ladrón necesitaba justo un caballo y una carreta para llevar en ella uno baúles que había robado llenos de monedas de oro y plata y se robo el caballo con la carreta y se fue al bosque para esconder todo allí. En el bosque se bajó de la carreta y empezó a escavar un hoyo para enterrar los baúles. Cuando ya había cavado como tres metros de profundidad se derrumbó todo sobre él y quedo sepultado bajo la tierra. Los baúles que estaban llenos de oro, plata y diamantes se quedaron en la carreta tapados con una frazada. El pobre caballo no sabía que hacer ni a dónde ir.  Empezó a llorar y decidió volver a su casa. En la casa del simple yeudí seguían la mujer y los hijos llorando y reclamando: ¨¿Qué haremos sin caballo y sin carreta y con nuestro padre que se volvió loco y decidió no volver a trabajar  y dedicarse toda la vida al servicio del Creador¨. De repente escucharon un ruido en el portón.  Salieron todos afuera y vieron que estaba allí el caballo con la carreta.  Todos exclamaron sorprendidos: ¨¡Ese es nuestro caballo!¨. Se llenaron de felicidad y alegría. Cuando se recordaron que su padre se había vuelto loco y no quería más salir a trabajar se les quitó su alegría. De todas maneras se acercaron al caballo y vieron que la carreta estaba llena de cajas que estaban cubiertas con una frazada. Pensaron ¨¿qué habrá debajo de las frazadas?¨. Con su pesimismo pensaron que estaba lleno de papas, cebollas o algo parecido puesto que quizás el ladrón cargó todas estas verduras para llevarlas a vender al mercado y seguro ya no queda nada. Seguro lo que quedó está podrido. Empezaron a mover la carreta y de repente se cayó la frazada y se reveló en sus ojos baúles llenos de monedas de oro, plata y diamantes.  

   Así le pasará a toda persona que decide entregar toda su vida para servir al Todopoderoso y confiar que Hashem lo mantendrá. Este cuento no es de mil años atrás. Es un cuento que pasa todos los días. Si la persona cree en Di`s el sustento le llegará a la puerta de su casa.

   Rabeinu siempre tuvo la esperanza de que sus alumnos fueran personas aborrecedoras de querer ganar todo el tiempo dinero, y que no tendrán la pasión por el dinero y darán todo  para Tzedaká y no lo acumularan en sus casas. Él quería mucho darnos el mérito para que tuviéramos esta santa cualidad.  Como la tenía el Baal Shem Tov y el Noam Elimelej, que todos los días daban todo el dinero para tzedaká y no dejaban nada de dinero para el próximo día. Pero Rabeinu en Sijot Arán charla 55 dice: ¨Yo no quiero que se confundan con esta labor. Tampoco quiero que hagan un cambio drástico para llegar a este nivel. No repartan todo el dinero en un día. Si recibiste dinero anda a pagar las cuentas. Si recibiste más dinero da maaser y si recibiste otro poco da tzedaká. Y no dejes a tu mujer y a tus hijos sin comida¨.

   Rabi Natan explica: ¨Se necesita una cabeza muy grande y mucha sabiduría para saber cómo balancear el esfuerzo que se debe hacer para conseguir el sustento y el bitajón que se debe tener para esperar. Son muy pocos los que tiene el mérito de tener esta sabiduría de saber balancear entre el esfuerzo y el bitajón que hay que tener en Hashem. Muchos han tratado de hacer como Rabi Shimón Bar Yojai, que todas sus fuerzas y sabiduría las uso para cumplir y estudiar la Torá sin tener que hacer ningún esfuerzo para conseguir su sustento, pero no lo lograron.

   Pero no te olvides y recuerda que hay que odiar el dinero, aborrecer la ganancia, y no hacer del dinero algo sagrado. Lo que debes saber es que el dinero es algo muy impuro y que la pasión por él es la peor pasión, y hay que tener vergüenza cuando un piensa sobre dinero. Por esta razón la persona tiene que tener claro este principio y tener la buena intención de llegar al nivel de los Tzadikim que tienen bitajón en Hashem, reparten cuanto más pueden tzedaká y aborrecen el deseo de ganar. En general, simplemente se debe odiar el dinero.

 

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Agradecemos y bendecimos por el mérito de Rabi Najman a: Rav Eliezer Berland Shelita y a toda su familia. Refuá Shelemá a Manfred ben Sima, Yejiel Mijel ben Perl Mirel Braindel, Shmuel Isik ben Yafa, Nisim ben Simja, Eliahu ben Aviva.

Difunde esta página de Shabat a todos tanto a mujeres como a hombres puesto que es algo muy importante aunque sea algo difícil de hacer y tendrás la berajá de Rabi Najman y de Rabi Eliezer Berland Shelita.  

 

 

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